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- LOS SUEÑOS DEL SAPO
- Una tarde, un sapo dijo:
- Esa noche, el sapo soñó que era árbol.
- Esta noche voy a soñar que soy árbol.
- .
- A la mañana siguiente, contó su sueño. Más de cien sapos lo escuchaban.
- Y dando saltos, llegó a la puerta de su cueva. Era feliz; iba a ser árbol noche. Todavía andaba el sol girando en la rueda del molino. Estuvo un largo rato mirando al cielo. Después bajó a la cueva; cerró los ojos y se quedo dormido.
- El sapo se fue; llegó a la puerta y se quedó descansando debajo de una hoja de acelga. Esa tarde, el sapo dijo:
- Esta noche voy a soñar que soy río.
- Al día siguiente, contó su sueño. Más de doscientos sapos formaron rueda para oírlo.
- Al día siguiente, contó su sueño. Más de trescientos sapos lo escucharon. Algunos vinieron desde muy lejos para oírlo.
- Anoche fui árbol - dijo -, un álamo. Tenía nidos. Tenía raíces hondas y muchos brazos como alas; pero no podía volar. Era un tronco delgado y alto que subía. Creí que caminaba, pero era el otoño llevándome las hojas. Creí que lloraba, pero era la lluvia. Siempre estaba en el mismo sitio, subiendo, con las raíces sedientas y profundas. No me gusto ser árbol.
- Y el sapo se fue. Volvió a la huerta y descansó entre cuatro palitos que señalaban los límites del perejil. Esa tarde, el sapo dijo.
- Fui río anoche - dijo - A ambos lados, lejos, tenía las riberas. No podía escucharme. Iba llevando barcos. Los llevaba y los traía. Eran siempre los mismos pañuelos en el puerto. La misma prisa por partir, la misma prisa por llegar. Fue una lástima. No vi una sola sirena; siempre vi peces, nada más que peces. No me gustó ser río.
- Esta noche voy a soñar que soy caballo.
- Al día siguiente, contó su sueño. Más de trescientos sapos lo escucharon. Algunos vinieron desde muy lejos para oírlo.
- Otra noche, soñó que era viento. Y al día siguiente, dijo:
- Fui caballo anoche - dijo - Un hermoso caballo. Tenía riendas. Iba llevando un hombre que huía. Iba por un camino largo. Crucé un puente, un pantano, toda la pampa bajo el látigo. Oía latir el corazón del hombre que me castigaba. Bebí en un arroyo. Vi mis ojos de caballo en el agua. Me ataron a un poste. Después vi una estrella grande en el cielo, después el sol, después un pájaro que se posó sobre mi lomo. No me gustó ser caballo.
- No me gustó ser viento.
- Soñó que era luciérnaga, y dijo al día siguiente:
- No me gustó ser luciérnaga.
- Después soñó que era nube, y dijo:
- .
- Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era sapo.
- No me gustó ser nube.
- Una mañana, los sapos lo vieron muy feliz a la orilla del agua.
- ¿Por qué estás tan contento?
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