!Oh Edipo, el más sabio entre todos!, te imploramos te imploramos todos los que estamos aquí como suplicantes que nos consigas alguna ayuda, bien sea tras oír el mensaje de algún dios, o bien lo conozcas de un mortal.
El único remedio que he encontrado, después de reflexionar a fondo, es lo que he tomado: envié hijo de Meneceo, mi propio cuñado, a la morada Pítica de Febo, a fin de que se enterara de lo que tengo que hacer o decir para proteger esta ciudad.
Tiresias el Vidente
No quiere el destino que tú caigas por mi causa, pues para ello se basta Apolo, a quien importa llevarlo a cabo.
¿Esta invención es de Creonte o tuya?
Pelea de Edipo y Cleonte
Si crees que perjudicando a un pariente no sufrirás la pena, no razonas correctamente.
De acuerdo contigo, has dicho esto con toda razón. Pero infórmame qué perjuicio dices que has recibido.
El pueblo de Tebas reúne y le piden a Edipo que halle una solución para la peste que está atacando el pueblo, de modo que Edipo manda a su cuñado, Creonte, a consultar en el Oráculo de Delfos el origen de esta peste. El oráculo le dice que la peste no cesará hasta que se encuentre y se castigue a los asesinos del antiguo rey, Layo, por lo que Edipo le promete a su pueblo investigar el asesinato del difunto rey.
Pasado de Yocasta
Ha hecho venir a un desvergonzado adivino, ya que su boca, por lo que a él en persona concierne, está completamente libre.
Tú, ahora, liberándote a ti mismo de lo que dices, escúchame y aprende que nadie que sea mortal tiene parte en el arte adivinatoria. La prueba de esto te lo mostraré en pocas palabras.
Hermana, Edipo, tu esposo, pretende llevar a cabo decisiones terribles respecto a mí, habiendo elegido entre dos calamidades: o desterrarme de la patria o, tras hacerme prisionero, matarme.
Edipo y el coro mandan a llamar a Tiresias, el ciego vidente del pueblo, para que los ayude a descubrir al asesino. Al llegar, Tiresias se niega a contar sus revelaciones, pero cuando Edipo lo señala como traidor, Tiresias le dice que el está involucrado en el asesinato de Layo, causando que Edipo piense que él y Cleonte han esta conspirando en su contra para quedarse con la corona.
Pasado de Edipo en Corintio
¿Quién es éste y qué me tiene que comunicar?
Si es preciso que yo te lo anuncie claramente en primer lugar, entérate bien de que aquél ha muerto.
Viene de Corinto para anunciar que tu padre, Pólibo, no está ya vivo, sino que ha muerto.
Cleonte se enfrenta a Edipo por las acusaciones que él ha hecho en su contra y le dice que esté tranquilo, ya que nunca intentaría usurpar su trono porque no quiere tener que cargar con el peso que conlleva ser rey y está agusto con el poder que tiene en el reino. También le dice que si no le cree vaya a consultar al Oráculo de Delfos y que no debería hacer acusaciones en su contra sin tener pruebas de ello.
Se resuelve el misterio
No sé con qué ojos, si tuviera vista, hubiera podido mirar a mi padre al llegar al Hades, ni tampoco a mi desventurada madre, porque para con ambos he cometido acciones que merecen algo peor que la horca.
Yocasta interviene en la discusión y luego de saber los motivos de esta le dice a Edipo que no tome en cuenta las revelaciones de Tiresias ya que nadie tiene el poder de adivinar el futuro y da como ejemplo al oráculo que ella y Layo fueron a consultar cuando estaba embarazada de su primer hijo. Ella dice que este oráculo predijo que Layo iba a morir a manos de su hijo y que ella se iba a casar con este mismo e iba a tener hijos con él, pero al final Layo murió a manos de unos bandidos y al hijo, se lo entregaron a un sirviente para que lo abandonadora en un monte y muriera ahí.
Edipo al conocer los detalles de la muerte de Layo comienza a sospechar que tiene algo que ver con el asesinato y le relata a Yocasta que en Corintio él recibió la misma profecía que decía que iba a matar a su padre y se casaría con su madre, y por ese motivo el huyó de Corintio, pero en su huida tuvo un altercado con unos hombres en el cruce de 3 caminos y los mató. Yocasta manda a llamar al testigo de la muerte de Layo, pero antes llega un mensajero de Corinto y le informa a Edipo que el rey Pólibo ha muerto, por lo que él debe ocupar su trono, pero Edipo no quiere debido a la profecía. Este mensajero al conocer los temores de Edipo le dice que sus verdaderos padres no eran los reyes de Corinto, ya que él lo recogió cuando era bebé y lo entregó a los reyes.
Yocasta, luego de oir la verdadera historia de Edipo, ata cabos y descubre la toda la verdad, ella le pide a Edipo que pare la investigación del asesinato, pero el no accede, de modo que sale huyendo del palacio alterada. El testigo llega al palacio y Edipo comienza a interrogarlo junto al mensajero, este al final confiesa que la reina Yocasta le entregó al niño para que lo matara, pero él no pudo y se lo entregó al mensajero, por piedad, para que el bebé tuviera una vida lejos de todos los males de la profecía. Edipo entra en razón y se da cuenta que mató a su verdadero padre, Layo, y se casó con su madre, Yocasta, con la cual tuvo hijos. Luego de este evento Yocasta se suicida y Edipo se quita los ojos para no tener que ver a sus padres en el infierno, ni a sus hijos, y pide ser desterrado. El pueblo de Tebas consulta al oráculo sobre que hay hacer con Edipo y este dice no se apiaden de él. Acto seguido Edipo es desterrado y Cleonte se queda al cuidado de sus hijos.