CUANDO LEONOR Y SU MAMÁ SE MUDARON A ESA CASA ANTIGUA EN EL CENTRO DE MADRID, LA NIÑA TUVO UN MAL PRESENTIMIENTO.
MIRA HIJA ESTA ES LA CASA QUE VOY A RESTAURAR POR MI TRABAJO Y EN DONDE VAMOS A VIVIR, ESPERO QUE TE GUSTE, A MI ME EMOCIONA MUCHO.
AY NO LO SÉ MAMÁ, A MI NO ME DA CONFIANZA ESTA CASA, PERO SI ES TU TRABAJO ESTÁ BIEN.
POR LA NOCHE, LEONOR DEJÓ UNA LAMPARILLA ENCENDIDA PARA PODER DORMIR, PERO LOS RUIDOS DEL JARDÍN Y EL CRUJIR DE LA SALA LA ATERRABAN TANTO QUE NO PUDO DORMIR.
ESTO ES UNA PESADILLA, NUNCA DEBIMOS QUEDARNOS CON ESTA CASA.
UNA NOCHE, LEONOR SE DESPERTÓ Y SU LÁMPARA ESTABA APAGADA Y UN RUIDO LA SOBRESALTÓ Y ASUSTADA SALIÓ CORRIENDO AL CUARTO DE SU MAMÁ.
NO PUEDE SER, SE APAGÓ MI LÁMPARA ¡AAAAAA! MEJOR ME VOY CON MI MAMÁ.
DURANTE EL TRAYECTO TOCABA LA PARED CON SU MANO Y EN ESE INSTANTE UN TRUENO ILUMINÓ LA CASA Y VIO LA SILUETA DE UN NIÑO PÁLIDO DE SU MISMA EDAD. LEONOR GRITÓ Y EMPEZÓ A BUSCAR A SU MAMÁ.
¡AAAAAAAAAA MAMÁ!
AMBAS SE PREGUNTARON ATERRORIZADAS.
¿TÚ TAMBIÉN LO VISTE?
SIN HACER EQUIPAJE SALIERON INMEDIATAMENTE DE LA CASA, SE METIERON AL AUTO Y LA MAMÁ ARRANCÓ A TODA VELOCIDAD.
VÁMONOS DE AQUÍ, NUNCA HAY QUE VOLVER. FUE UNA MALA IDEA.