DON QUIJOTE DE LA MANCHACAPITULO VIIIDel buen sucesoque el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento,con otros sucesos dignos de felice recordación
¿Qué gigantes?
Vez allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas.
Aquellos que allí ves
Mire vuestra merced, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento
Pero señor-
Bien parece, que no estás cursado en esto de las aventuras, ellos son gigantes; y si tienes miedo quítate de ahí.
Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer.
Puesaunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar.
diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante y embistió con el primero molino que estaba delante.