Mi amor, la princesa, sabe qué puerta sostiene cada destino. ¿Qué puerta me dirá que elija?
Si abría la una, salía de ella un tigre hambriento, el más feroz y cruel que se podía obtener, que de inmediato brotó sobre él y lo despedazó como castigo por su culpa.
OPCIÓN 1 - EL TIGRE
OPCIÓN 2 - LA SEÑORA
Si el acusado abriera la otra puerta, salió de ella una señora, la más adecuada para sus años y para que su majestad pudiera elegir entre sus justos súbditos, ya esta señora se le casó inmediatamente, como recompensa de su inocencia.