Narra la historia de un hombrecito que era sirviente y de baja estatura.
QUE CANSADO ESTOY...!!!
¡AYA YAI AYAYA!...ME EXPLOTAN DEMASIADO
El patrón de la hacienda siempre se burlaba del hombrecito delante de muchas personas.
Buenos días patrón
¿Eres gente u otra cosa?
El pongo no hablaba con nadie; trabajaba calladito y comía sin habar.
El patrón tenía la costumbre de maltratarlo y fastidiarlo delante de toda la servidumbre, cuando los sirvientes se reunían para rezar el Ave Maria en el corredor de la hacienda.
¡JAJAJA! PONGO TONTO
YA NO ME HAGA MAS DAÑO..!!!
HARÁS LO QUE YO DECIDA...AHORA
El patrón burlándose le decía muchas cosas. El Pongo hacia todo lo que le ordenaba y el patron reía a mandíbula batiente.
Creo que eres perro, ladra, ponte en cuatro patas, trota de costado como perro
Pero una tarde, a la hora del Ave Maria, cuando en el corredor estaba repleto de gente de la hacienda, el hombrecito le dijo a su patrón:
Hágale caso jefe
Gran señor, dame tu licencia; padrecito mío, quiero hablarte