Los gemelos, que habían terminado su tarea, tuvieron permiso para ver media hora de televisión. Meg ayudó a su madre con los platos y luego se sentaron a la mesa y trabajaron en sus deberes. Pero ella no podía concentrarse. (párrafo 2, página 35)
Mamá, ¿estás preocupada?
Sí Meg, realmente siempre estoy pensando en tu padre, no sabemos nada de él.
Ahí viene Calvin, deseo que salga un rato con Meg para distraerla un poco.
—Mamá, ibas a hablarme sobre el teseracto.—Sí —una mirada de preocupación turbó el rostro de la señora Murry—. Pero ahora no, Meg. Ahora no. Sal a dar ese paseo con Calvin. Le daré un beso de buenas noches a Charles y luego me aseguraré de que los gemelos se vayan a la cama. (párrafo 1, página 37)
Mejor me voy...
Tienes razón...es físico, tiene varios doctorados, trabajó para el gobierno...
Alzó la mano, arrancó una manzana de una rama nudosa y se la dio a Meg, luego agarró una para él:—Háblame de tu padre.
No Meg, no es con la intención de hacerte sentir mal, se que te duele hablar del tema pero es necesario