Estaba una señorita sentadita en su balcón que que con el oritín, que que con el oritón sentadita en su balcón.
Esperando que pasara el segundo batallón.Pasó por allí un soldado de muy mala condición.
Suba, suba, caballero, dormirá una noche o dos.Mi marido está de caza en los montes de León,y para que no regrese, le echaré una maldición:que se caiga del caballo y muera sin confesión.
Estando en estas palabras, el maridito llegó.
Ábreme la puerta luna, ábreme la puerta sol,que te traigo un conejito de los montes de León.
Bajaba por la escalera, cambiadita de color.Al entrar en el portal, el marido preguntó:
Tuyo, tuyo, maridito, que te lo he comprado yo.
¿De quién es aquella capa y aquel sombrero que en mi percha veo yo?
Se fueron para la cama, y una cabeza encontró.
Del niño de la vecina que en mis brazos se durmió
Caramba con el chiquillo, tiene barba como yo
¿De quién es esa cabeza que en mi cama veo yo?