Al acercarse las fiestas patrias del 28 de Julio se empezaba a escuchar el sonido de wakawak'ras, trompetas indias que anunciaban la emoción por la corrida de toros al estilo indio. También se comentaba que la para esa ocasión K'ayau iban a traer al Misitu, un toro feroz que vivía en la puna.
¡Este año tendremos la mejor corrida!
Sí, ojalá don Julián done al Misitu
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Los del K'ayau hablaron con Julián y lo convencieron de darles al misitu que tenía en la puna de su propiedad, cuando llegaron con la noticia todos se alegraron, hasta mistis como don Pancho Jiménez. Los principales se acercaban a contarle anécdotas de la fiesta al Subprefecto, pero el consideraba que era una fiesta salvaje y bárbara.
Se va a llevar un recuerdo imperecedero de nuestro pueblo. !Está corrida será grande!
Indios salvajes, parecen animales.
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El Subprefecto hizo llamar al alcalde y a los principales, para comunicar sobre la circular que recibió donde se prohibía las corridas al estilo indio para evitar muertos y heridos. Don Pancho pide que este año al menos sea la última a lo que el Subprefecto se muestra inflexible y castiga al que lo contradice. Don pancho es encerrado por revoltoso, mientras los demás acuerdan contratar a un torero de Lima