Los pelos mágicos
Kuvakäsikirjoitus Teksti
- Transcurrido algún tiempo, regresó el Rey a palacio y vio que se había cumplido el vaticinio: el niño de la suerte se había casado con su hija.
- Prosiguiendo su ruta, llegó a la orilla de un ancho y profundo río que había de cruzar. Preguntóle el barquero...
- La Reina le presentó el escrito al Rey y al leerla se dio cuenta de que había sido cambiada por otra.
- NO sé nada, debieron cambiarla, mientras dormía en la casa del bosque.
- Traeré los tres cabellos de oro. El diablo no me da miedo.
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- Quien quiera conseguir a mi hija debe ir antes al infierno y traerme tres pelos de oro de la cabeza del diablo. Si lo haces, conservarás a mi hija.
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- ¿Qué sucedió con el mensaje y por qué lo sustituiste?
- ¿Cómo pudo ser eso? En mi carta daba yo una orden muy distinta.
- Se despidió de su esposa y emprendió su viaje, conduciéndolo a una gran ciudad, donde el el centinela de la puerta le preguntó...
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- Yo lo sé todo.
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- Lo sabréis, pero os lo diré cuando vuelva.
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- Explícanos por qué la fuente que antes manaba vino, se ha secado y ni siquiera da agua.
- En este caso podrás prestarnos un servicio
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- ¿Cuál es tu oficio y qué cosas sabes?
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- Siguió adelante y llegó a una segunda ciudad, donde el guarda de la muralla le preguntó...
- Yo lo sé todo.
- Lo sabréis, pero os lo diré cuando vuelva.
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- Dinos por qué un árbol que daba manzanas de oro, ahora no tiene ni hojas siquiera.
- ¡Entonces puedes hacernos un favor!
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- ¿Cuál es tu oficio y qué tanto sabes?
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- Cuando hubo cruzado el río, encontró la entrada del infierno.
- Yo lo sé todo.
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- Lo sabrás, pero te lo diré cuando vuelva.
- Dime por qué tengo que estar bogando de una a otra orilla, sin que nadie venga a relevarme.
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- Siendo así, puedes hacerme un favor.
- ¿Qué oficio tienes y qué conocimientos posees?
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- El Diablo había salido, pero su ama se hallaba sentada en un ancho del sillón.
- Quisiera tres cabellos de oro de la cabeza del diablo, pues sin ellos no podré conservar a mi esposa.
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- Bueno, no está mal para empezar
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- Si viene el diablo y te encuentra aquí, mal lo vas a pasar. Pero me das lástima y te ayudaré.
- ¿Qué quieres?
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- Te transformaré en hormiga, disimúlate entre los pliegues de mi falda.
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- Por qué una fuente que antes manaba vino se ha secado; por qué un árbol que daba manzanas de oro no tiene ni hojas, y por qué un barquero hade estar bogando sin que lo releven.
- Son preguntas muy difíciles de contestar, tú quédate tranquilo y callado y presta atención a lo que diga el diablo cuando yo le arranque los tres cabellos de oro.
- Pero es que, además, quisiera saber tres cosas...
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