No importa, solo necesito un teléfono para avisarle a mi marido que no llegaré a tiempo.
Mmm...Que extraño
zzz...
zzz...
María de la Luz Cervantes era una joven de 27 años quien iba conduciendo un coche alquilado con destino a Barcelona, de repente este sufre una avería en el desierto de Monegros.
¡Es que yo solo vine a hablar por teléfono!
De acuerdo, si te portas bien mañana puedes hablar por teléfono
Después de una hora de espera y búsqueda de ayuda un conductor de autobús se compadeció de ella.
Suministren el somnífero a la paciente
¡No, no! Yo no soy paciente, solo vine a hacer una llamada
Cuando María se subió al autobús noto que estaba lleno de mujeres que al parecer estaban dormidas, estoy le causó curiosidad.
...Y por eso estoy aquí y solo quiero hablar por teléfono con mi marido
Tranquila María, pronto podrás hacer tu llamada
María quedó profundamente dormida, al despertar se encontró en un sanatorio psiquiátrico en el cual le tomaban por una de las internas, por el cual no le creen que solo esta de paso y lo que intenta es hacer una llamada.
Por la fuerza le suministran un somnífero para que pueda dormir la primera noche.
A la mañana siguiente el director del sanatorio tratándola con suavidad escucha todo lo que María tiene que decirle explicándole quién es es y cómo había llegado pero no le cree nada, aún siguen pensando que es un interno. Esa misma tarde María fue inscrita en el acilo con un número de serie.