Este era para uno de los retos más importantes para mi ya que aspiraba a la mayor gloria y al mayor servicio que podía ofrecerle a Dios como el ser perfecto, como el único absoluto, como Dios siempre mayor a quién se le reconoce en todas las cosas y a todas las cosas de Él.
NOVENO RASGO "Flexibilidad"
Nos invita a la escucha de nuestra experiencia, a cuestionar respetando tanto nuestro proceso y ritmo, como el de las demás personas.
Acompáñame a conocer los rasgos junto a mi amigo San Ignacio de Loyola. 
DECIMO RASGO"Unión de Ánimos" 
Trata de escuchar al Señor que está presente entre nosotros.
Con el fin de cuidar de una comunidad de hermanos que al estar dispersos por el mundo, deseamos seguir unidos de corazón con el mismo estilo de proceder.
En conclusión de lo que aprendimos hoy.
El discernimiento ignaciano no es fruto de apretar los puños, ni de decidir imitar a Ignacio con nuestras fuerzas, sino de pedir la gracia de "querer y desear "lo que sea mayor servicio y alabanza".