CUENTO XXXIV
CUENTO XXXIV
LO QUE SUCEDIÓ A UN CIEGO QUE LLEVABA A OTRO
LO QUE SUCEDIÓ A UN CIEGO QUE LLEVABA A OTRO
LO QUE SUCEDIÓ A UN CIEGO QUE LLEVABA A OTRO
CUENTO XXXIV
Hablaba de nuevo el Conde Lucanor con Patronio, ya que un familiar de confianza le aconseja ir a un lugar que no le transmitía plena confianza. Este familiar juraba arriesgar su vida para salvar la del propio conde, si ello fuese necesario. El joven pide consejo a Patronio, quién se la ofrece sin dudarlo.
Ambos se disponen a disfrutar de un paseo mientras interiorizan la historia para sacar conclusiones que ayuden al Conde a tomar su decisión.
El cuento que narra Patronio trata sobre un hombre que vivía en una ciudad y perdió la vista, quedando así ciego, además de pobre. Otro hombre ciego de esos lares, le propone al hombre desolado de ir a una villa cercana a pedir limosna para poder sustentarse.
El primer ciego temía al hacer ese camino pues recordaba que había obstáculos, como profundos barrancos, que harían peligrar sus vidas. El segundo le invita a desechar ese temor, pues asegura que junto a él, estaría a salvo. Esto le dio confianza al primero y partieron por este.
Al llegar a los lugares más abruptos y peligrosos, el ciego conocedor del camino, cayó por un barranco, y junto a él cayó el otro ciego que sospecho de la seguridad de aquel camino desde un principio.
Tras narrar la historia durante un apacible paseo, Patronio le da su consejo, extraído de esa narración. Le recomienda no ir al lugar propuesto si este le pone en peligro, por mucha confianza que le ofrezcan, no debe arriesgar su vida. Y así, una vez más, Patronio ayuda al joven Conde para tomar las decisiones más acertadas. El Conde se lo agradece, pues ha sido capaz de tomar la decisión más beneficiosa para su persona.
Patronio desconfío de la propuesta de un familiar. Necesito de tu ayuda una vez más.
Descuida, aquí a su servicio su fiel consejero.
Te contaré lo que le sucedió a un ciego que llevaba a otro, durante un agradable paseo
¡Qué desdichado soy! He quedado ciego además de pobre
No te atormentes amigo, vivo tu misma situación, acompáñame a una villa cercana y pediremos consuelo y limosna
Creo recordar que este camino tenía muchos obstáculos que podrían hacer peligrar nuestras vidas
Haz el favor de desechar ese miedo, junto a mi no hay nada por lo que temer ¡Sígueme!
¡AAAAAAAAAA!
Querido Conde, aplicando este cuento a tu situación, mi recomendación sería que no arriesgases tu vida, por mucha confianza que él intente darte
Agradezco de corazón tu sabio consejo
CUENTO XXXIV
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Hablaba de nuevo el Conde Lucanor con Patronio, ya que un familiar de confianza le aconseja ir a un lugar que no le transmitía plena confianza. Este familiar juraba arriesgar su vida para salvar la del propio conde, si ello fuese necesario. El joven pide consejo a Patronio, quién se la ofrece sin dudarlo.
Ambos se disponen a disfrutar de un paseo mientras interiorizan la historia para sacar conclusiones que ayuden al Conde a tomar su decisión.
El cuento que narra Patronio trata sobre un hombre que vivía en una ciudad y perdió la vista, quedando así ciego, además de pobre. Otro hombre ciego de esos lares, le propone al hombre desolado de ir a una villa cercana a pedir limosna para poder sustentarse.
El primer ciego temía al hacer ese camino pues recordaba que había obstáculos, como profundos barrancos, que harían peligrar sus vidas. El segundo le invita a desechar ese temor, pues asegura que junto a él, estaría a salvo. Esto le dio confianza al primero y partieron por este.
Al llegar a los lugares más abruptos y peligrosos, el ciego conocedor del camino, cayó por un barranco, y junto a él cayó el otro ciego que sospecho de la seguridad de aquel camino desde un principio.
Tras narrar la historia durante un apacible paseo, Patronio le da su consejo, extraído de esa narración. Le recomienda no ir al lugar propuesto si este le pone en peligro, por mucha confianza que le ofrezcan, no debe arriesgar su vida. Y así, una vez más, Patronio ayuda al joven Conde para tomar las decisiones más acertadas. El Conde se lo agradece, pues ha sido capaz de tomar la decisión más beneficiosa para su persona.
Patronio desconfío de la propuesta de un familiar. Necesito de tu ayuda una vez más.
Descuida, aquí a su servicio su fiel consejero.
Te contaré lo que le sucedió a un ciego que llevaba a otro, durante un agradable paseo
¡Qué desdichado soy! He quedado ciego además de pobre
No te atormentes amigo, vivo tu misma situación, acompáñame a una villa cercana y pediremos consuelo y limosna
Creo recordar que este camino tenía muchos obstáculos que podrían hacer peligrar nuestras vidas
Haz el favor de desechar ese miedo, junto a mi no hay nada por lo que temer ¡Sígueme!
¡AAAAAAAAAA!
Querido Conde, aplicando este cuento a tu situación, mi recomendación sería que no arriesgases tu vida, por mucha confianza que él intente darte
Agradezco de corazón tu sabio consejo
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Hablaba de nuevo el Conde Lucanor con Patronio, ya que un familiar de confianza le aconseja ir a un lugar que no le transmitía plena confianza. Este familiar juraba arriesgar su vida para salvar la del propio conde, si ello fuese necesario. El joven pide consejo a Patronio, quién se la ofrece sin dudarlo.
Ambos se disponen a disfrutar de un paseo mientras interiorizan la historia para sacar conclusiones que ayuden al Conde a tomar su decisión.
El cuento que narra Patronio trata sobre un hombre que vivía en una ciudad y perdió la vista, quedando así ciego, además de pobre. Otro hombre ciego de esos lares, le propone al hombre desolado de ir a una villa cercana a pedir limosna para poder sustentarse.
El primer ciego temía al hacer ese camino pues recordaba que había obstáculos, como profundos barrancos, que harían peligrar sus vidas. El segundo le invita a desechar ese temor, pues asegura que junto a él, estaría a salvo. Esto le dio confianza al primero y partieron por este.
Al llegar a los lugares más abruptos y peligrosos, el ciego conocedor del camino, cayó por un barranco, y junto a él cayó el otro ciego que sospecho de la seguridad de aquel camino desde un principio.
Tras narrar la historia durante un apacible paseo, Patronio le da su consejo, extraído de esa narración. Le recomienda no ir al lugar propuesto si este le pone en peligro, por mucha confianza que le ofrezcan, no debe arriesgar su vida. Y así, una vez más, Patronio ayuda al joven Conde para tomar las decisiones más acertadas. El Conde se lo agradece, pues ha sido capaz de tomar la decisión más beneficiosa para su persona.
Patronio desconfío de la propuesta de un familiar. Necesito de tu ayuda una vez más.
Descuida, aquí a su servicio su fiel consejero.
Te contaré lo que le sucedió a un ciego que llevaba a otro, durante un agradable paseo
¡Qué desdichado soy! He quedado ciego además de pobre
No te atormentes amigo, vivo tu misma situación, acompáñame a una villa cercana y pediremos consuelo y limosna
Creo recordar que este camino tenía muchos obstáculos que podrían hacer peligrar nuestras vidas
Haz el favor de desechar ese miedo, junto a mi no hay nada por lo que temer ¡Sígueme!
¡AAAAAAAAAA!
Querido Conde, aplicando este cuento a tu situación, mi recomendación sería que no arriesgases tu vida, por mucha confianza que él intente darte
Agradezco de corazón tu sabio consejo
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Hablaba de nuevo el Conde Lucanor con Patronio, ya que un familiar de confianza le aconseja ir a un lugar que no le transmitía plena confianza. Este familiar juraba arriesgar su vida para salvar la del propio conde, si ello fuese necesario. El joven pide consejo a Patronio, quién se la ofrece sin dudarlo.
Ambos se disponen a disfrutar de un paseo mientras interiorizan la historia para sacar conclusiones que ayuden al Conde a tomar su decisión.
El cuento que narra Patronio trata sobre un hombre que vivía en una ciudad y perdió la vista, quedando así ciego, además de pobre. Otro hombre ciego de esos lares, le propone al hombre desolado de ir a una villa cercana a pedir limosna para poder sustentarse.
El primer ciego temía al hacer ese camino pues recordaba que había obstáculos, como profundos barrancos, que harían peligrar sus vidas. El segundo le invita a desechar ese temor, pues asegura que junto a él, estaría a salvo. Esto le dio confianza al primero y partieron por este.
Al llegar a los lugares más abruptos y peligrosos, el ciego conocedor del camino, cayó por un barranco, y junto a él cayó el otro ciego que sospecho de la seguridad de aquel camino desde un principio.
Tras narrar la historia durante un apacible paseo, Patronio le da su consejo, extraído de esa narración. Le recomienda no ir al lugar propuesto si este le pone en peligro, por mucha confianza que le ofrezcan, no debe arriesgar su vida. Y así, una vez más, Patronio ayuda al joven Conde para tomar las decisiones más acertadas. El Conde se lo agradece, pues ha sido capaz de tomar la decisión más beneficiosa para su persona.
Patronio desconfío de la propuesta de un familiar. Necesito de tu ayuda una vez más.
Descuida, aquí a su servicio su fiel consejero.
Te contaré lo que le sucedió a un ciego que llevaba a otro, durante un agradable paseo
¡Qué desdichado soy! He quedado ciego además de pobre
No te atormentes amigo, vivo tu misma situación, acompáñame a una villa cercana y pediremos consuelo y limosna
Creo recordar que este camino tenía muchos obstáculos que podrían hacer peligrar nuestras vidas
Haz el favor de desechar ese miedo, junto a mi no hay nada por lo que temer ¡Sígueme!
¡AAAAAAAAAA!
Querido Conde, aplicando este cuento a tu situación, mi recomendación sería que no arriesgases tu vida, por mucha confianza que él intente darte
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Hablaba de nuevo el Conde Lucanor con Patronio, ya que un familiar de confianza le aconseja ir a un lugar que no le transmitía plena confianza. Este familiar juraba arriesgar su vida para salvar la del propio conde, si ello fuese necesario. El joven pide consejo a Patronio, quién se la ofrece sin dudarlo.
Ambos se disponen a disfrutar de un paseo mientras interiorizan la historia para sacar conclusiones que ayuden al Conde a tomar su decisión.
El cuento que narra Patronio trata sobre un hombre que vivía en una ciudad y perdió la vista, quedando así ciego, además de pobre. Otro hombre ciego de esos lares, le propone al hombre desolado de ir a una villa cercana a pedir limosna para poder sustentarse.
El primer ciego temía al hacer ese camino pues recordaba que había obstáculos, como profundos barrancos, que harían peligrar sus vidas. El segundo le invita a desechar ese temor, pues asegura que junto a él, estaría a salvo. Esto le dio confianza al primero y partieron por este.
Al llegar a los lugares más abruptos y peligrosos, el ciego conocedor del camino, cayó por un barranco, y junto a él cayó el otro ciego que sospecho de la seguridad de aquel camino desde un principio.
Tras narrar la historia durante un apacible paseo, Patronio le da su consejo, extraído de esa narración. Le recomienda no ir al lugar propuesto si este le pone en peligro, por mucha confianza que le ofrezcan, no debe arriesgar su vida. Y así, una vez más, Patronio ayuda al joven Conde para tomar las decisiones más acertadas. El Conde se lo agradece, pues ha sido capaz de tomar la decisión más beneficiosa para su persona.
Patronio desconfío de la propuesta de un familiar. Necesito de tu ayuda una vez más.
Descuida, aquí a su servicio su fiel consejero.
Te contaré lo que le sucedió a un ciego que llevaba a otro, durante un agradable paseo
¡Qué desdichado soy! He quedado ciego además de pobre
No te atormentes amigo, vivo tu misma situación, acompáñame a una villa cercana y pediremos consuelo y limosna
Creo recordar que este camino tenía muchos obstáculos que podrían hacer peligrar nuestras vidas
Haz el favor de desechar ese miedo, junto a mi no hay nada por lo que temer ¡Sígueme!
¡AAAAAAAAAA!
Querido Conde, aplicando este cuento a tu situación, mi recomendación sería que no arriesgases tu vida, por mucha confianza que él intente darte
Agradezco de corazón tu sabio consejo
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Hablaba de nuevo el Conde Lucanor con Patronio, ya que un familiar de confianza le aconseja ir a un lugar que no le transmitía plena confianza. Este familiar juraba arriesgar su vida para salvar la del propio conde, si ello fuese necesario. El joven pide consejo a Patronio, quién se la ofrece sin dudarlo.
Ambos se disponen a disfrutar de un paseo mientras interiorizan la historia para sacar conclusiones que ayuden al Conde a tomar su decisión.
El cuento que narra Patronio trata sobre un hombre que vivía en una ciudad y perdió la vista, quedando así ciego, además de pobre. Otro hombre ciego de esos lares, le propone al hombre desolado de ir a una villa cercana a pedir limosna para poder sustentarse.
El primer ciego temía al hacer ese camino pues recordaba que había obstáculos, como profundos barrancos, que harían peligrar sus vidas. El segundo le invita a desechar ese temor, pues asegura que junto a él, estaría a salvo. Esto le dio confianza al primero y partieron por este.
Al llegar a los lugares más abruptos y peligrosos, el ciego conocedor del camino, cayó por un barranco, y junto a él cayó el otro ciego que sospecho de la seguridad de aquel camino desde un principio.
Tras narrar la historia durante un apacible paseo, Patronio le da su consejo, extraído de esa narración. Le recomienda no ir al lugar propuesto si este le pone en peligro, por mucha confianza que le ofrezcan, no debe arriesgar su vida. Y así, una vez más, Patronio ayuda al joven Conde para tomar las decisiones más acertadas. El Conde se lo agradece, pues ha sido capaz de tomar la decisión más beneficiosa para su persona.
Patronio desconfío de la propuesta de un familiar. Necesito de tu ayuda una vez más.
Descuida, aquí a su servicio su fiel consejero.
Te contaré lo que le sucedió a un ciego que llevaba a otro, durante un agradable paseo
¡Qué desdichado soy! He quedado ciego además de pobre
No te atormentes amigo, vivo tu misma situación, acompáñame a una villa cercana y pediremos consuelo y limosna
Creo recordar que este camino tenía muchos obstáculos que podrían hacer peligrar nuestras vidas
Haz el favor de desechar ese miedo, junto a mi no hay nada por lo que temer ¡Sígueme!
¡AAAAAAAAAA!
Querido Conde, aplicando este cuento a tu situación, mi recomendación sería que no arriesgases tu vida, por mucha confianza que él intente darte
Agradezco de corazón tu sabio consejo
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Hablaba de nuevo el Conde Lucanor con Patronio, ya que un familiar de confianza le aconseja ir a un lugar que no le transmitía plena confianza. Este familiar juraba arriesgar su vida para salvar la del propio conde, si ello fuese necesario. El joven pide consejo a Patronio, quién se la ofrece sin dudarlo.
Ambos se disponen a disfrutar de un paseo mientras interiorizan la historia para sacar conclusiones que ayuden al Conde a tomar su decisión.
El cuento que narra Patronio trata sobre un hombre que vivía en una ciudad y perdió la vista, quedando así ciego, además de pobre. Otro hombre ciego de esos lares, le propone al hombre desolado de ir a una villa cercana a pedir limosna para poder sustentarse.
El primer ciego temía al hacer ese camino pues recordaba que había obstáculos, como profundos barrancos, que harían peligrar sus vidas. El segundo le invita a desechar ese temor, pues asegura que junto a él, estaría a salvo. Esto le dio confianza al primero y partieron por este.
Al llegar a los lugares más abruptos y peligrosos, el ciego conocedor del camino, cayó por un barranco, y junto a él cayó el otro ciego que sospecho de la seguridad de aquel camino desde un principio.
Tras narrar la historia durante un apacible paseo, Patronio le da su consejo, extraído de esa narración. Le recomienda no ir al lugar propuesto si este le pone en peligro, por mucha confianza que le ofrezcan, no debe arriesgar su vida. Y así, una vez más, Patronio ayuda al joven Conde para tomar las decisiones más acertadas. El Conde se lo agradece, pues ha sido capaz de tomar la decisión más beneficiosa para su persona.
Patronio desconfío de la propuesta de un familiar. Necesito de tu ayuda una vez más.
Descuida, aquí a su servicio su fiel consejero.
Te contaré lo que le sucedió a un ciego que llevaba a otro, durante un agradable paseo
¡Qué desdichado soy! He quedado ciego además de pobre
No te atormentes amigo, vivo tu misma situación, acompáñame a una villa cercana y pediremos consuelo y limosna
Creo recordar que este camino tenía muchos obstáculos que podrían hacer peligrar nuestras vidas
Haz el favor de desechar ese miedo, junto a mi no hay nada por lo que temer ¡Sígueme!
¡AAAAAAAAAA!
Querido Conde, aplicando este cuento a tu situación, mi recomendación sería que no arriesgases tu vida, por mucha confianza que él intente darte
Agradezco de corazón tu sabio consejo