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La Iliada

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Proovige seda tasuta!

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  • Eneas y Héctor! Ya que el peso de la principalmente sobre vosotros entre los troyanos y sois los primeros en toda empresa, ora se trate de razonar, quedaos aquí, recorred las filas, y detened a los gue antes que se encaminen a las puertas, caigan huyendo en bra sean motivo de gozo para los enemigos.
  • (Animosos troyanos, aliados de lejas tierras venid voy hombres, amigos, y mostrad vuestro impetuoso valor, mientr quelón y encargo a los respetables proceres y a nuestras espos que oren y ofrezcan hecatombes a los dioses.
  • Héctor, el de tremolante casco, partió; y la ne Duelque poraba el abollonado escudo ante Caltima franja le batia cuello y los talones.
  • ¡Magnánimo Tidida! ¿Por qué me interrogas sobre el abolengo? Cual la generación de las hojas, así la de los hombres. Esparce el viento las hojas por el suelo, y la selva, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera: de igual suerte, una generación humana nace y otra perece.
  • (Animosos troyanos, aliados de lejas tierras venid voy hombres, amigos, y mostrad vuestro impetuoso valor, mientr quelón y encargo a los respetables proceres y a nuestras espos que oren y ofrezcan hecatombes a los dioses.
  • Cuál eres tú, guerrero valentísimo, de los mortales hombres? Jamás te vi en las batallas, donde los varones adquieren gloria, pero al presente a todos los vences en audacia cuando te atre- ves a esperar mi fornida lanza, ¡Infelices de aquellos cuyos hijos se oponen a mi furor! Mas si fueses inmortal y hubieses descendido del cielo, no quisiera yo luchar con dioses celestiales.
  • Pues eres mi antiguo huésped paterno, porque divino Eneo hospedó en su palacio al eximio Belorofonte, le tuvo co sigo veinte días y ambos se obsequiaron con magnificos presentes fonte tundad. Eneo dio un vistoso tahali teñido de púrpura, y Belene fonte una aurea copa de doble asa, que en mi casa quedó cuando vine.
  • ¡Magnánimo Tidida! ¿Por qué me interrogas sobre el abolengo? Cual la generación de las hojas, así la de los hombres. Esparce el viento las hojas por el suelo, y la selva, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera: de igual suerte, una generación humana nace y otra perece.
Loodud üle 30 miljoni süžeeskeemi