Storyboard Descripción
Los oidores (antiguos jueces que en audiencias del virreinato oían y sentenciaban) tenían prohibido casarse en el territorio donde administraban justicia. Sin embargo, por el año 1630, habría existido un oidor con fama de galán. Este se había enamorado perdidamente de una muchacha que no parecía corresponder a sus atenciones. Hasta que un día, esta le solicita que libere a un sujeto de nombre Pedro a cambio de su querer. Lamentablemente, el juez olvidó el apellido de esta persona y tomó una singular decisión.