Un hombre tenia dos hijos y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los vienes que me corresponde; y les repartió los bienes
No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor se fue lejos a una provincia apartada
Allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
Y cuando todo lo hubo malgastado, vino un gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle
Y deseaba llenar su vientre de algarrobas que comían los cerdos pero nadie le daba
Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, el cual le envío a su hacienda para que apacentase cerdos
Y volviendo en si, dijo: ¡Cuanto jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como uno de tus jornaleros