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La gata y las siete ratoncitas (parte 1)

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La gata y las siete ratoncitas (parte 1)
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  • Te ayudaré, pero deja de lamerme por favor
  • Si me ayudas a engañar a unas ratoncitas te prometo que no te comeré
  • *Whisper
  • Había una vez seis ratoncitas que vivían en una casa grande, ellas no solían salir porque una gata hambrienta con pelaje morado las devoraría. La gata había intentado muchas veces engañarlas pero ellas siempre la descubrían.
  • Hola, soy una hámster que quiere jugar con ustedes
  • *Squeak
  • ¡Juguemos a las escondidas, les doy diez segundos!
  • Sin embargo, un día la gata mientras cazaba encontró a una pequeña hámster blanca, la depredadora, luego de haberla atrapado, hizo un trato con ella diciéndole que no entrará en su estómago si le hace un favor.
  • Ojalá se escondan bien, pobrecitas
  • ¡Hora de comer!
  • Entonces, antes de llegar a la casa de las ratoncitas, la felina le susurró a la hámster lo que tenía que decir, y también le advirtió que tendría que chillar para que las ratoncitas sepan que es una roedora y abrieran la puerta, pues la gata no sabía como imitar el chillido.
  • Esto será divertido
  • Todo esto es mi culpa
  • De esta manera, la hámster se presentó a las ratonas desde el otro lado de la puerta diciéndoles que quería jugar y haciendo un chillido, justo como se lo había susurrado antes la gata. Las roedoras confiadas abrieron la puerta y la gata entró a la casa de un salto, ella las contó con la mirada mientras entraba la hámster y rápidamente cerró la puerta.
  • Las ratoncitas están heladas de miedo y corrieron a esconderse para salvarse, tanto la gata como ellas sabían que la puerta era la única entrada y salida de la casa porque las ventanas estaban bloqueadas, por ello la gatita les dijo que jugarían a las escondidas y, mientras las ratonas se escondían, ella se lamía la patita.
  • Luego de unos segundos la gata les advirtió que ya iría a buscarlas, entonces fue lentamente hacia sus escondites mientras las olfateaba. Por otro lado, la hámster blanca se sentía mal por traer una gran depredadora en la casa de las pequeñas ratonas.
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