Una mañana, mientras trabajaba en el campo, Juan escuchó los rumores de que el gobierno había decidido vender las tierras comunales a una empresa minera extranjera. Esta noticia cayó como un balde de agua fría en la comunidad, y en especial en Juan, quien sentía un profundo vínculo con esas tierras.
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¡No podemos permitir que nos arrebaten nuestras tierras! Sin ellas, nuestra forma de vida desaparecerá.
Tenemos que luchar. Estas tierras son nuestras, de nuestros ancestros. No podemos permitir que nos despojen así. Si unimos nuestras fuerzas, podremos hacerles frente.
Pero, ¿qué podemos hacer? No tenemos el poder para enfrentarnos a ellos.
Esa tarde, en la plaza del pueblo, se convocó una reunión urgente. Los ancianos y líderes comunitarios discutían acaloradamente sobre qué hacer. Juan, que había estado escuchando en silencio, se levantó y tomó la palabra.
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Entendemos sus preocupaciones, pero estas tierras son ricas en minerales que pueden beneficiar a todo el país.
Yawar Pampa no es solo tierra y minerales. Es nuestra historia, nuestra cultura. Si nos quitan nuestras tierras, nos quitan nuestra identidad.
El día de la protesta llegó. Hombres, mujeres y niños de Yawar Pampa viajaron a la ciudad, llevando pancartas y cantando canciones que hablaban de su amor por la tierra. Juan lideraba la marcha, con la determinación reflejada en su rostro.
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Has hecho algo grande, muchacho.Has demostrado que con unidad y determinación podemos afrentarnos a cualquier adversidad.
Sí, Juan. Gracias por ser nuestra voz y nuestra fuerza.
Después de largas horas de negociación, el gobierno decidió posponer la venta de las tierras y prometió revisar la situación con más detenimiento. La comunidad de Yawar Pampa regresó a su hogar con la esperanza de que su lucha no había sido en vano.De vuelta en el pueblo, Juan se reunió con Don Manuel y María.
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Es momento de dar inicio a esta ceremonia ¡Empecemos!
¡Qué empiece ya!
Juan, mirando las montañas que rodeaban Yawar Pampa, sintió una profunda gratitud y renovada esperanza. Sabía que la batalla no había terminado, pero también sabía que su pueblo estaba listo para luchar por lo que les pertenecía.
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¡QUÉ ESTO SEA UN SUEÑO!
Así, en las alturas andinas, la comunidad de Yawar Pampa se fortaleció, más unida que nunca, lista para defender sus tierras y su identidad, inspirados por el valor y la determinación de un joven campesino llamado Juan.