Patronio, hoy a venido un hombre y me ha dicho que puede proporcionarme muchas riquezas, pero que antes, debería yo darle algún dinero para que comience su labor
para que hagáis lo que más os conviene, me gustaría contaros una historia.
Y bien... ¿Cual es esa historia Patronio?
Esta historia, señor, habla de lo que sucedió a un rey con un hombre que le dijo que sabía hacer oro.
¡Ojalá fuera rico...!
Un día, el conde Lucanor, le contó a Patronio lo que había sucedido.
Van diciendo que sabes hacer oro ¿es eso cierto?
Así es, para ellos necesitas varios ingredientes, y nunca, podrás hacerlo si falta alguno de ellos.
Patronio, después de escuchar esto, le habló al conde Lucanor la historia de un rey.
¿Sabe donde podria encontrar tabardíe?
Claro, y si usted me lo mandase, con mucho gusto le traería yo tabardíe.
El joven pícaro tomó cien doblas de oro, las partió y las mezcló con otras cosas varias, vendiéndolo como tabardíe y diciendo que sabía hacer oro.
Estad seguro de que el tabardíe es pura invención mía; os he engañado. Cuando yo os decía que podía haceros rico, debierais haberme respondido que primero me hiciera rico yo y luego me creeríais
Cuando estas noticia llegaron al rey, mandó llamarlo para que el joven pícaro se lo mostrara, y así lo hizo.
A los días, el rey no encontraba tabardíe, y mando llamar, de nuevo, al joven pícaro, el rey le dio dinero y lo mandó a buscarle este material para continuar haciendo oro.
Como el pícaro tardaba tanto, el rey mandó a buscarlo y en su casa con una carta se encontraron.Y así el rey, fue engañado, creyendo todo el pueblo que era el mas tonto y Patronio, con esta historia, le hizo saber al conde su consejo.