Al final del día, Lex y Jus reflexionaron sobre cómo todas esas instituciones: el matrimonio, la familia, la tutela y la curatela, junto con la clasificación de las personas, eran herencias directas del derecho romano. A través de estas fuentes, la sociedad romana había logrado construir un sistema jurídico que protegía tanto a las personas como a las entidades jurídicas..
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Cuando Lex se enteró de que algunos niños nacían fuera del matrimonio, preguntó cómo se manejaba eso en el derecho. Jus le explicó que estos hijos podían ser legitimados si los padres se casaban después del nacimiento, o por otras vías legales, asegurando así que gozaran de los mismos derechos que los hijos nacidos dentro del matrimonio.
“Descuida, pueden ser legitimidados"
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Jus también hablaba mucho de aquellos que no podían gobernarse a sí mismos, como los menores o los locos. Para ellos existían figuras como la tutela, que protegía a los menores, y la curatela, que cuidaba de los adultos incapacitados.Lex, que siempre pensaba en las entidades jurídicas, comentó cómo esas figuras eran esenciales no solo para personas físicas, sino también para asegurar que cualquier persona, incluso una entidad como él, pudiera tener representación legal adecuada.