Doñita Rufina, que Julianita se case con don Alejo, es un buen partido y los va a sacar de la pobreza.
Ña Catita, lo estaba pensando...Le haré caso.
Ña Catita es una anciana que no puede vivir sin el chisme. Ella no puede estar tranquila si no habla de la vida de los demás. Ña Catita siempre visita a doña Rufina, para convencerla de que su hijaJuliana se case con el anciano don Alejo.
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Juliana se va a casar con don Alejo
Jajaja, por supuesto que mi hija Julianita no se va a casar con don Alejo
Don Jesús, padre de Juliana y marido de Rufina, al enterarse de que quieren casar a su hija con don Alejo, un anciano adinerado, se opone rotundamente a ese enlace matrimonial, por que le parece la noticia mas tonta que ha escuchado en toda su vida.
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Ni lo pienses Rufina. Nuestra Julianita se tiene que casar con Manuel.
Juliana se tiene que casar con don Alejo
Don Jesús desea con todo su corazón que su adorada hija Juliana se case con el apuesto joven Manuel, a quien cría y protege. Ña Catita llevo la discordia a la familia de Juliana. Don Jesús y doña Rufina discuten acaloradamente sobre el futuro de su hija, cada uno defiende su punto de vista.
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No Rufina, sabes muy bien que no estoy de acuerdo contigo. Manuel es bueno para Juliana, además ellos están enamorados.
Piénsalo Jesús Juliana se debe casar con don Alejo, tiene mucho dinero y ya no vamos a vivir en estapocilga
Rufina le dice a su marido que don Alejo goza de una gran fortuna y con él esta asegurado su futuro para siempre, en cambio, don Jesús no esta de acuerdo con la idea de su mujer, por que don Alejo no le cae bien y se lo hace notar, mas bien le dice que el muchacho Manuel es bueno y le cae bien, le sugiere a su mujer de que no seria una mala idea que ambos muchachos se casen por que están enamorados.
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¡QUÉ ESTÁ PASANDO!
¡Vamos!
Ña Catita saca provecho de estas situaciones y sigue azuzando a doña Rufina para que imponga su voluntad y no la de su marido. Ña Catita, por otro lado, mete en la cabeza de ambos jóvenes la idea de que se fuguen y defiendan su amor y conseja a doña Rufina que abandone a su esposo; cuando están dispuestos a abandonar la casa, doña Rufina por su lado, y la pareja de enamorados, Manuel y juliana por el suyo, aparece don Jesús y se da cuenta de los intentos de fuga.
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Escúchenme, no estoy casado.
Ahora a dónde iré...
¡Nos casaremos!
Perdóname Jesús.
Está bien Rufina.
Don Jesús monta en cólera y empiezan nuevamente las discusiones sumamente alteradas. En ese momento llega un amigo de la familia, al ver a don Alejo, le entrega un recado y le dice: “traigo una carta de su esposa”. Al escuchar esto, dijo que no era casado; pero don Alejo no logro convencer a los padres de Juliana. Doña Rufina entristecida, bota de su casa a don Alejo; lo mismo hizo don Jesús con Ña Catita y le dice que nunca más vuelva aponer los pies en su casa. Rufina pide perdón a su esposo y ambos aceptan el matrimonio de Manuel y Juliana.