Morris, si obtuvo sus tres deseos, ya no le sirve el talismán, ¿Para qué lo guarda?
Y si a usted le concedieran tres deseos más, ¿los pediría?
Probablemente he tenido, alguna vez, la idea de venderlo; pero creo que no lo haré. Ya ha causado bastantesdesgracias. Además, la gente no quiere comprarlo. Algunos sospechan que es un cuento de hadas; otros quierenprobarlo primero y pagarme después
No sé, no sé
Si usted no la quiere, Morris, démela
¿Cómo se hace?
No quiero. La tiré al fuego; si la guarda, no me eche la culpa de lo que pueda suceder. sea razonable, tírela
Mejor que se queme
Hay que tenerla en la mano derecha y pedir los deseos en voz alta. Pero le prevengo que debe temer las consecuencias
Parece de Las mil y una noches. ¿No les parece que podrían pedir para mi otro par de manos?
Si está resuelto a pedir algo, pida algo razonable
El sargento tomó la pata de mono, la agitó entre el pulgar y el índice y la tiró al fuego. White la recogió.
Si en el cuento de la pata de mono hay tanta verdad como en los otros, no conseguiremos grancosa
Una bagatela. No quería aceptarlo, pero lo obligué. Insistió en que tirara el talismán
¿Le diste algo?
El señor White sacudió la cabeza y examinó su nueva adquisición.
Si pagaras la hipoteca de la casa serías feliz, ¿No es cierto?. Bastará con que pidas doscientas libras
No se me ocurre nada para pedirle. Me parece que tengo todo lo que deseo
PAM!
La señora White se levantó a preparar la mesa. El señor White sacó del bolsillo el talismán; los tres se rieron al ver la expresión de alarma del sargento.El señor White guardó en el bolsillo la pata de mono. Invitó a Morris a sentarse en la mesa. Atraídos, escucharon nuevos relatos de la vida del sargento en la India.
Se movió. Se retorció en mi mano como una víbora
No importa. No ha sido nada. Pero me dio un susto
Pero yo no veo el dinero. Apostaría que nunca lo veré
El sargento Morris cerró la puerta y se alejó con prisa, para alcanzar el ultimo tren.El señor White sacó del bolsillo el talismán y lo examinó con perplejidad.
Sin duda, seremos felices, ricos y famosos. Para empezar tienes que pedir un imperio, así no estarás dominado por tu mujer
El padre sonrió avergonzado de su propia credulidad y levantó el talismán; Herbert puso una cara solemne, hizo un guiño a su madre y tocó en el piano unos acordes graves. Despúes de pedir el deseo, un gran estrépito del piano contestó a sus palabras. El señor White dio un grito.
♫♫♫
QUIERO DOSCIENTAS LIBRAS
Se sentaron junto al fuego.El señor White se sobresaltó cuando golpeó una puerta en los pisos altos. Un silencio inusitado y deprimente losenvolvió hasta que se levantaron para ir a acostarse.Ya solo, el señor White se sentó en la oscuridad y miró las brasas, y vio caras en ellas. La última era tansimiesca.buscó en la mesa su vaso de agua,sin querer, tocó la pata de mono; se estremeció.
Habrá sido tu imaginación, querido
Se me ocurre que encontrarás el dinero en una gran bolsa, en medio de la cama. Una aparición horrible, agazapada encima del ropero, te acechará cuando estés guardando tus bienes ilegítimos