Durante años, Ollantay se ha destacado como el guerrero más valiente de Pachacútec, el Inca. Ollantay comparte con Piqui Chaqui su profundo amor por Cusi-Coyllur.
Piqui Chaqui, no puedo poner en palabras cuánto amo a Cusi-Coyllur. ¡Estoy completamente enamorado de ella!
Sería prudente que intentes dejarla atrás, teniendo en cuenta la posición de su padre.
Ollanta decide tomar valor y, con gran coraje, elige solicitar la mano de la hija del Inca en la entrada de su residencia.
Hijo del Sol, durante un extenso período he sido su más fiel y destacado guerrero, colaborando en la consolidación de su dominio sobre diversos adversarios.
¡Ollanta, tú no eres más que un plebeyo! ¡Fuera de mi presencia!
Luego de descubrir su amor imposible, Atahualpa opta por recluir a Cusi-Coyllur en el Ayahuasi.
Mi hija, no puedo permitir tu amor por Ollantay. Deberás permanecer en reclusión durante un largo período.
Con el paso de los años y tras la muerte de Atahualpa, el liderazgo es transferido a Tupac-Yupanqui.
Pachacútec, el Inca, ha fallecido.
Túpac Yupanqui ordenó a su general Rumiñahui que intentara capturar a Ollantay mediante un plan en el que simularían que el Inca lo había castigado, con la esperanza de que Ollantay se uniera a su causa.
Ve, Rumiñahui, y ejecuta la orden que te encomendé.
Así lo haré
El plan resultó exitoso, y poco después, Rumiñahui abrió las puertas de la fortaleza para permitir la entrada de sus tropas. Ollantay fue finalmente apresado y presentado ante Tupac Yupanqui.