Y las ventanas de la casa de reunión, vacías y desnudas, lo miran con una mirada espectral, Como si ya estuvieran horrorizados ante el trabajo sangriento que mirarían
Un barco fantasma, con cada mástil y mástil A través de la luna como una barra de la prisión,
El destino de una nación estaba montado aquella noche; Y la chispa chocó por aquel corcel, en su fuga, encendió la tierra en llamas con su calor.