Aureliano, el cual perdió la dulzura y se había vuelto silencioso y definitivamente solitario, fijo la mirada en su madre; la cual lamentaba su mala suerte.
Es lógico, decenas de forasteros pasan a diario en Macondo
No sé quien será, pero el que sea viene en camino
Alguien va a venir
Esto lo hacia a escondidas
Nadie logro que comiera en varios días. Ni nadie se explicaba como no moría de hambre.
Come tierra y cal que arranca con sus uñas
Continuará...
Tienen tiempo estorbando estos restos...
cloc, cloc, cloc
Nicanor Ulloa y Rebeca Montiel, padres de la niña, eran nombres desconocidos para Úrsula y José Arcadio Buendía. Asimismo la población Manure no la conocían.
No recordamos haber tenido parientes con esos nombres ni haber conocido a un mensajero con ese nombre...
Desde que Rebeca llegó siempre se chupaba el dedo en el mecedor, lo único que le emocionaba era la música de los relojes.
Sentada en el rincón más apartado de la casa.
¿Donde estará esa música?
¿Quieres un poco de agua?
Sí
Los indios le preguntaron en su lengua y se quedaron con ella porque no había más remedio...