Pármeno, hijo, después de las pasadas razones, no ha habido oportuno tiempo para decirte y mostrar el mucho amor que te tengo
Celestina habla con Pármeno, induciéndole a concordia y amistad de Sempronio.
Madre, mi segundo yerro te confieso, y con perdón de lo pasado quiero que ordenes lo por venir
— Hijo, a vivir por ti, a no andar por casas ajenas, lo cual siempre andarás mientras no te supieres aprovechar de tu servicio
¿A qué llamas reposado, tía?
No me la nombres, hijo, por Dios, que se me hinchen los ojos de agua. ¿Y tuve yo en este mundo otra tal amiga, otra tal compañera, tal aliviadora de mis trabajos y fatigas?
Ahora doy por bien empleado el tiempo que siendo niño te serví, pues tanto fruto trae para la mayor edad. Y rogaré a Dios por el alma de mi padre
¿Si teníamos, me dizes como por burla? Juntas lo hezimos, juntas nos sintieron, juntas nos prendieron y acusaron
Celestina y Pármeno siguen conversando.
Verdad es, pero del pecado lo peor es la perseverancia
¡Calla, bobo!, poco sabes de achaque de iglesia, y cuándo es mejor por mano de justicia que de otra manera
Verdad es lo que dizes, pero esso no fue por justicia