Nada menos que un hombre
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- Julia abrazo a Alejandro pero se encontró con un hombre completamente distinto. Julia se sentía confundida ante tales palabras, pero después Alejandro deserto y volvió a ser frió como antes.
- ?
- ¿Me quieres ahora?
- Ahora quisiera morirme Alejandro.
- No, no te quería antes, pero ahora te quiero mas que mi vida, ¡soy mas tuyo que tu mía!
- Te vi con Simona
- Pero, ¿realmente me quieres?
- Si quieres regresar, entonces olvídalo.
- Olvida lo que he dicho
- Eres muy hermosa como para diario
- Si y no lo he ocultado.
- Después de eso, Alejandro se llevo a Julia a su casa. Pocos días después, Alejandro cito al conde a su casa, este se encontraba todo nervioso. Comieron y hablaron
- Sí, pero no me atrevo a preguntártelo...
- Pero, ¿Y tus padres?.
- ¿Tú eres viudo verdad?.
- Señor conde, lamento causarle molestias, cuando estaba loca dije muchas mentiras, puede usted perdonarme.
- A ustedes le perdono todo.
- Yo no tengo familia, mi familia yo la he creado. Eres tu mi única familia.
- ¡Dilo!.
- No los tengo. ¿Algo más?
- Puede tomar, señor conde. Mi esposa quiere disculpase por sus acciones hacia usted.
- Alejandro salia de la habitación dejándolos solos para que hablen.
- Tu no eres un hombre. No me quieres , no me consideras la madre de tu hijo, cobarde!. Ando de amnte al Conde!
- Señor conde, Mi esposo no nos va a espiar.
- ¡Es doña Julia o señora de Gomés!
- Julia..
- Abra que tomar medidas para esto, ¡Hasta te has inventado un amantee!
- ¡Estas loca!, no vengas a sacarme celos porque yo soy un hombre, no un gatito y tu no me puedes faltar porque soy Alejandro Gomez.
- Después de eso, el conde salio corriendo para no volver. Tiempo después, Julia se encontraba gravemente enferma y Alejandro suplicando por ayuda. Muchos médicos insistieron en que no había cura, pues ya Julia estaba al borde de la muerte.
- Cobarde, mi esposo te ha amenazado, ¡cobarde como mi esposo!.
- El lo es, ¡diles!.
- Juan.¿Que hace aquí?
- ¿Vieron?Ella sigue tomando al conde como su amante.
- ¿Vieron? No lo es, esta loca.
- Julia, ellos son médicos alienistas y dirán si estas bien de la cabeza.
- Claro que no lo soy.
- ¡Lleven me a mi en ves de a ella, tomen mi vida, salvenla!
- Julia y Alejandro tenían su ultima conversación, pues ya la muerte llamaba a Julia, Alejandro no quería separarse de ella aunque ya había sido entregada a a muerte..
- ¿Pero y si no hubiera venido?, hay matrimonios que no los tienen.
- ¡Hijoo!, ¡Si tan solo pudiera sacar la sangre de tu padre de tus venas!
- ¿Y el niño?
- Sabia que ya iba a venir, después de todo es mi hijo.
- Imposible.
- Llévame contigo
- Lo llevaremos.
- Esta loco Alejandro.
- ¿Quien eres ,Alejandro?
- No soy nada menos que un hombre.
- Alejandro se encerro con su hijo y luego de eso volvió al cuarto de Julia donde se quedaria hasta morir. Después tuvieron que forzar la puerta para terminar encontrar a Julia sin sangre y a Alejando ensangrentado.
- Pues no volvere a leer!
- Para eso hemos venido aquí
- Lo siento hijo.
- Tampoco me exiges amarte.
- Para que te quites esas ideas que te trae la lectura y se te quite la neurastenia.
- No exijo tanto, no soy un tirano. Nunca te he pedido nada.
- Eso no se puede exigir, porque se que me quieres .
- ¡Mi sangre por la tuya!.
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