Todas las tardes va el pescador a pescar en el mar. Durante el trabajo, se mantiene de pie, con el arpón en la mano, aguardando a que pase el pez que se lo ha de llevar hundido en las espaldas. Por la mañana, lleva lo pescado a la plaza y ahí lo vende al tendero. Después charla del mar y del tiempo con los amigos y a horas de mediodía vuelve a su casa, a almorzar y a preparar las redes y el arpón para la tarde
PESCADO
Pesque en un mar muy lejano, un pez cuyos hígados hacen feliz a quien se los frota en el corazón.
¿Soy feliz?
¡Por fin lo encontré!, este es el pez que me hará feliz.
Mi padre esta muy enfermo, ¡una limosna por el amor de Dios!
... Chica, yo
quiero ir a ver a tu padre
éste es el pescado de mi felicidad, pero te lo doy a ti y a la nena; a nadie he hecho el bien hasta ahora, y no sé por qué, quiero comenzar hoy.
Pescare otro pez que con solo tocarlo me hace feliz, ¿Qué
fuera si me untara en el pecho sus hieles?
Allá en el rancho lo está aguardando papá; ¿quiere hacer el favor de venir?
Te voy a confiar un secreto, el único que existe para ser feliz. Por él has empezado a serlo desde ayer: el remedio para ser feliz no lo hallarás en ningún mar de la Tierra... Ese secreto hay que irlo a pescar en el océano del alma; lanza tus redes allá y saca bondad, saca amor y da a los hombres y serás feliz.
Todas las tardes va el pescador a pescar en el mar. Durante el trabajo, se mantiene de pie, con el arpón en la mano, aguardando a que pase el pez que se lo ha de llevar hundido en las espaldas. Por la mañana, lleva lo pescado a la plaza y ahí lo vende al tendero. Después charla del mar y del tiempo con los amigos y a horas de mediodía vuelve a su casa, a almorzar y a preparar las redes y el arpón para la tarde
PESCADO
Pesque en un mar muy lejano, un pez cuyos hígados hacen feliz a quien se los frota en el corazón.
¿Soy feliz?
¡Por fin lo encontré!, este es el pez que me hará feliz.
Mi padre esta muy enfermo, ¡una limosna por el amor de Dios!
... Chica, yo
quiero ir a ver a tu padre
éste es el pescado de mi felicidad, pero te lo doy a ti y a la nena; a nadie he hecho el bien hasta ahora, y no sé por qué, quiero comenzar hoy.
Pescare otro pez que con solo tocarlo me hace feliz, ¿Qué
fuera si me untara en el pecho sus hieles?
Allá en el rancho lo está aguardando papá; ¿quiere hacer el favor de venir?
Te voy a confiar un secreto, el único que existe para ser feliz. Por él has empezado a serlo desde ayer: el remedio para ser feliz no lo hallarás en ningún mar de la Tierra... Ese secreto hay que irlo a pescar en el océano del alma; lanza tus redes allá y saca bondad, saca amor y da a los hombres y serás feliz.
Todas las tardes va el pescador a pescar en el mar. Durante el trabajo, se mantiene de pie, con el arpón en la mano, aguardando a que pase el pez que se lo ha de llevar hundido en las espaldas. Por la mañana, lleva lo pescado a la plaza y ahí lo vende al tendero. Después charla del mar y del tiempo con los amigos y a horas de mediodía vuelve a su casa, a almorzar y a preparar las redes y el arpón para la tarde
PESCADO
Pesque en un mar muy lejano, un pez cuyos hígados hacen feliz a quien se los frota en el corazón.
¿Soy feliz?
¡Por fin lo encontré!, este es el pez que me hará feliz.
Mi padre esta muy enfermo, ¡una limosna por el amor de Dios!
... Chica, yo
quiero ir a ver a tu padre
éste es el pescado de mi felicidad, pero te lo doy a ti y a la nena; a nadie he hecho el bien hasta ahora, y no sé por qué, quiero comenzar hoy.
Pescare otro pez que con solo tocarlo me hace feliz, ¿Qué
fuera si me untara en el pecho sus hieles?
Allá en el rancho lo está aguardando papá; ¿quiere hacer el favor de venir?
Te voy a confiar un secreto, el único que existe para ser feliz. Por él has empezado a serlo desde ayer: el remedio para ser feliz no lo hallarás en ningún mar de la Tierra... Ese secreto hay que irlo a pescar en el océano del alma; lanza tus redes allá y saca bondad, saca amor y da a los hombres y serás feliz.
Todas las tardes va el pescador a pescar en el mar. Durante el trabajo, se mantiene de pie, con el arpón en la mano, aguardando a que pase el pez que se lo ha de llevar hundido en las espaldas. Por la mañana, lleva lo pescado a la plaza y ahí lo vende al tendero. Después charla del mar y del tiempo con los amigos y a horas de mediodía vuelve a su casa, a almorzar y a preparar las redes y el arpón para la tarde
PESCADO
Pesque en un mar muy lejano, un pez cuyos hígados hacen feliz a quien se los frota en el corazón.
¿Soy feliz?
¡Por fin lo encontré!, este es el pez que me hará feliz.
Mi padre esta muy enfermo, ¡una limosna por el amor de Dios!
... Chica, yo
quiero ir a ver a tu padre
éste es el pescado de mi felicidad, pero te lo doy a ti y a la nena; a nadie he hecho el bien hasta ahora, y no sé por qué, quiero comenzar hoy.
Pescare otro pez que con solo tocarlo me hace feliz, ¿Qué
fuera si me untara en el pecho sus hieles?
Allá en el rancho lo está aguardando papá; ¿quiere hacer el favor de venir?
Te voy a confiar un secreto, el único que existe para ser feliz. Por él has empezado a serlo desde ayer: el remedio para ser feliz no lo hallarás en ningún mar de la Tierra... Ese secreto hay que irlo a pescar en el océano del alma; lanza tus redes allá y saca bondad, saca amor y da a los hombres y serás feliz.